domingo, 17 de febrero de 2019

Carta a mi verdugo

A ti que me hiciste daño, a ti que me has marcado:

Posiblemente no sea muy bueno estarte escribiendo,  tal vez esté errando pero de menos siento que me estoy liberando, y es que aun después de todo no logro entenderte, no logro comprenderlo.  ¿Cómo entiendo el por que me hiciste sentir que no era nada? ¿como entiendo que jamás fue suficiente el amor que yo te daba? ¿como? si mientras me rompías sentía que estaba más viva.

Y si, lo se. Se que no lo merecía, que en realidad yo si lo valía, que eras tu quien no lo sentía. Se que te han hecho daño y que tu no pudiste evitarlo y terminaste imitando. Es por eso que tengo que decirte, que tengo que explicarte por qué no debes seguir así. 

¿Tienes idea de los demonios que me incrustaste?  Tal vez no lo sabes pero aun sigo buscando malherida el resto de mis partes.

Temo cuando alguien me dice que me quiere, también tengo miedo cuando me piden que me quede. Temo amar y ser amada, temo ser yo y no encajar, me asusta mucho el que me vuelvan  a utilizar. 

Por ti encuentro un pecado y un juicio al verme en el espejo, por ti es que he dudado de todo lo que he soñado.

Me hiciste difícil el poder creer, me gastaste la energía, me volviste tímida la risa.

Rompiste mis fotos y manchaste mis letras, me hiciste pensar que nadie incluyéndome a mi misma me iba a amar, me hiciste creer que no iba a poder, que el mundo rosa yacía a mis pies.

Pero hoy tengo que decirte, hoy tengo que contarte que con todo y ello yo no puedo odiarte, que aunque se que como humano vales madre espero que el tiempo se encargue de en tu sitio acomodarte. Que cuando me destrozaste pude ver cada una de mis partes, que cuando estuve en el suelo encontré más fuerte el deseo de alcanzar el cielo. Que cada día me siento valiente al enfrentar mis miedos, que desde la oscuridad pude aprender a andar, que desde que me dejaste sola aprendí a estar conmigo y pude aprender a ver lo que tanto había escondido. Que aunque este rota, aun se brillar y que aunque tengo miedo sigo teniendo la capacidad de amar.  Porque justo en el suelo es donde pude de nuevo impulsarme, que cada día estoy aprendiendo mejor a amarme, que me estoy enseñando desde cero a poder valorarme.

Porque si el espejo me ha juzgado, he sido yo misma quien ejerce de abogado y ha sido por mi que como hermes me he hecho unos zapatos alados. Que no es tu boca la única de la que recibo halagos, que no seré el cisne enlamado en las aguas de tu lago. Que cuando por ti deje de conocerme, empecé a buscarme, que mientras más me descubro, más de mi quiero enamorarme, que ya no eres tu mi motivo, que soy yo mi principal objetivo. 

Si, he escuchado las piedras que lanzas a mi ventana, si, puedo notar sobre mi nuca el peso de tu mirada pero hoy soy más fuerte que eso, que fuera de ésta carta tu nombre ya no está en mis versos. Que ya mucho he ganado porque de menos he soltado el candado, porque al día de hoy ya no deseo caminar a tu lado.

Si, te lo digo a ti que me has dañado, a ti que me has empujado, a ti que con esto te digo al fin que de tu tacto radioactivo  me he curado. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Carta a mi verdugo

A ti que me hiciste daño, a ti que me has marcado: Posiblemente no sea muy bueno estarte escribiendo,  tal vez esté errando pero de menos ...