Hoy es diciembre veintitrés. Estamos a un día de la víspera de navidad y la melancolía ya se ha deslizado con el frío por debajo de mi puerta. Me ha hecho danzar una melodía triste y ha trepado hasta instalarse en mi boca y adueñarse de la canción que brotaba a penas de entre mis labios. Te echo de menos y se que eso no es para menos.
Un año atrás era todo tan distinto, tan bonito que creía que al fin me sonreía el destino. Un año atrás estabas todavía conmigo y simplemente hoy aunque te has ido no consigo hacerte ganar en mi vida olvido. Y es que ya no tiene caso negarlo, no puedo seguir engañándome. Me hiciste sentir un amor abrumador, monstruoso... tanto lo era que al final se tornó tortuoso. Me perdí en tus manías y me dejé seducir por tus sonrisas. Quizá incluso malinterpreté el idioma de tu cuerpo que mientras me aislaba yo entendía un "eres mía". Se que no es sano, que me hago daño pero hoy quiero contarte que muchas cosas han cambiado.
Son muchos los que se han marchado, son muchos pedacitos de mi que se han llevado, pero creo que ello en procesarlo mas rápido me ha ayudado. Me siento diferente, de alguna manera un poco mas indiferente, tal vez mas apática, un poco enigmática. Comprendo un poco mejor lo efímera que es la vida, que es un llegar de personas con despedida incluida. ya no siento rabia al perder lo que creía que se quedaría, he aprendido a aceptar lo malo como parte de lo terreno así como aprecio un poco más lo bueno.
No creo que haya dejado de estar perdida, no siento que he encontrado aún la villa amarilla pero me siento un poco más optimista.
Todos los días me veo al espejo para notar como de a poco se me va desprendiendo aquella niña llorona que poco intentaba por miedosa. Veo como se afila de a poco mi mandíbula y como se va afinando la curva en mis caderas y en general todo aquello que me hace melodía.
No me preocupa lucir distinta o vestir lo que siento que bien iría. Realmente la mayor parte de los días me levanto con ganas para sentirme mas viva, para hacerme más mía.
Intento abrazar aquello que no quería, desde la forma de mi nariz hasta cada una de mis estrías. Intento cuidar cada parte de mi piel pero ya no es por si en algún momento desearas volver, sino como si supiera que no esta mal caer, que al final es este embace el que me va a proteger.
Es extraño, pues pese a que se que te quiero, siento que ya no es como antes. Siento que mis paredes dentro se han re-decorado, que pese a que no cesen de extrañarte, parece que han detenido el sangrado cambiándolo por algo que calienta y me sabe un poco más sagrado.
Si, hoy me levanté con ganas de ti pero sabiendo de antemano que pasara, que puedo soportarlo. Muchas cosas han cambiado, muchos miedos se ven debilitados y lo cierto es que a pesar de lo que te cuento ya no quiero volver a tu lado. No diría que es masoquismo, sino el apartarme de un abismo. Creo que de a poco me hago mas fuerte, que aunque no lo entiendo he aprendido a aceptar mi suerte.
Y si, se que no siempre es así. Que muchas canciones a veces me gritan tu nombre, que escenas del pasado y del futuro que no ha llegado aparecen como flashes, de repente así como estrellas fugaces. Se que no se cuando será el día que llegue a olvidarte, de cuando terminarás de marcharte, de cuando tu recuerdo terminará de mancharme pero, ¿Te digo algo? Ya no me siento adolorida por ello, me he dado cuenta que puedo seguir viviendo incluso teniendo dentro todos estos agujeros negros.
Si el tiempo debe terminar de arrancarte no me deja más opción que esperarle pero hay algo más que quisiera preguntarte: ¿Eres feliz con ella? porque de corazón te digo que estoy esperando que lo seas.
Que aunque hace un año me mirabas a mi, espero que esta vez tengas oportunidad de mirarle a ella. Que se lleve como yo el dolor del recuerdo que dejó la ausencia de tu abuela, que como yo te mantenga despierto haciendo transición de navidad y noche buena. Que no sientas frío y que ella encuentre una manera e amarte, de cuidarte y de apapacharte como no hice yo. Que ella no se equivoque contigo al amarte como yo lo hice totalmente ignorante en la materia. Deseo, vida mía, que como las luces de bengala se ilumine tu noche, que al final de estas también muera el miedo y que en ti florezcan nuevos deseos, que sean repletos de amor como atesores los recuerdos.
Por mi parte, se bien que será duro, pero no me asusta, se que algún día lo lograre. Que si nos vemos otra vez no te miraré con amor, que tampoco lo será con dolor sino como quien se conoce de manera cotidiana, quien se conoce de fuera a la incógnita de aquello que burbujea adentro. Que cuando mis ojos encuentren los tuyos no vendrá a presentarse el terremoto que hace temblar cada parte de mi cuerpo cada vez que te veo. Te prometo que las lineas de ahora no contienen veneno, que solamente estoy dejándote algo de sentimiento, que me estoy liberando de a poquito de aquello que no está más, de lo que me viví contigo.
Estaré bien. Se que lo haré y espero que tu lleno de bendiciones y donde sea que vayas también lo estés, porque esta para ti es mi nueva manera de querer.
No hay comentarios:
Publicar un comentario