lunes, 31 de diciembre de 2018

Destinatario: 2018


Hoy es el día de noche vieja y como buena amante del cliché quiero aprovechar para romper algunas cadenas. Creo que al igual que en navidad se ha colado algo de nostalgia por debajo del umbral, pero se que no es algo que no pueda soportar.

Oh, 2018…

Debo admitir que me pesa un poco el ver tu agonía, me entristece tu partida, pero quiero que te marches con todo lo que ha venido contigo. Si te apetece, puedes dejarme las risas, si tú quieres déjame aquel cálido abrazo y los buenos momentos. Si te apetece, si no es así puedes llevártelo, no haré ningún berrinche.
¿Sabes? Te aposté mucho y conseguí poco. Te aposté incluso más que a mi misma obteniendo solo mal por ello, pero esta vez quiero que sea diferente. Creí que contigo vendría mi amado, que obtendría, aunque sea un poco de lo soñado, pero me cambiaste drásticamente los planes. Te llevaste a algunas personas sin permitirme asimilarlo, me hiciste despertar de golpe y vaya que me costó demasiado. Me hiciste besar la lona, me dejaste sintiéndome sola, con cosas que quizá eran solo de joda.

Me rompiste sin miramientos, pero hoy tan solo quiero agradecerte por ello. Gracias 2018 por ser todo lo que no esperaba, gracias por sacarme tantas lágrimas. Gracias porque me has dolido, gracias porque ahora quiero cambiar de camino. Porque hoy siento haber entendido la importancia de amarme, de cuidarme. Porque hoy que te estoy despidiendo me doy cuenta que eras necesario en mi libro, porque hoy no espero más que aquello que debe estar. Si, pensé que te marcaría con una estrella dorada en la antología de mis años, pero al final erré al esperar que contigo las cosas comenzarían a marchar.
No quiero herirte con mis palabras, incluso si tu pareces haber roto cada uno de mis huesos.
No fue realmente tu culpa, fui yo la que no supo ser madura. Porque contigo he tropezado mas de lo que me pudiese gustar, pero lo cierto es que he aprendido y hoy solo quiero estar tranquila conmigo. 

No se como explicarlo, pero de alguna manera siento que te agradezco, incluso si no comprendo.
Lo cierto es que no lo hago. No entiendo por qué lo has arrancado de mi lado, no entiendo por qué muchas velas se han apagado o porque muchas puertas se han cerrado. No entiendo por qué se han caído algunas estrellas, no entiendo por qué se han cortado los hilos de tantos caminos…
Pero gracias porque se que me has dejado un presente. Gracias porque incluso si no es muy grande guardaré bien esta esperanza que has escondido entre mis piezas. Gracias porque se que es un dos por uno, que la fe viene incluida a ella.

Gracias porque siento que me conozco un poco mejor mientras recojo mis partes, gracias porque puedo apreciar mejor que nunca en esta oscuridad, gracias porque ya no tengo miedo de lo que vaya a pasar. Gracias por lo que he perdido que se ha llevado el temor de no saber mantenerlo, gracias por lo poco (a mis ojos mucho) que ahora tengo. Gracias porque me haces iniciar de nuevo, gracias porque se que lo que ahora dejas me hará más fuerte, gracias porque te vas con mi suerte.
Se que pudo ser mejor. Se que sí, pero en gran parte de ello quien lo arruinó fui yo y creo que al final, ni siquiera me arrepiento, pues debajo de la maleza he encontrado nuevos sueños que apenas se están asomando, que apenas van brotando.


No se que venga con ese ultimo año joven, no se como empecemos o como terminemos, pero no tengas miedo, te recordaré.

No soy rencorosa, olvidaré lo malo y de ti solo contaré lo bueno. Ya sé que no volveremos a vernos, pero verás que seré mejor de cómo me has conocido. Se que no nos volveremos a encontrar, pero te adelanto que dentro de un tiempo dejaré mi capullo y el miedo solo será un murmullo. Te adelanto también que voy a conseguir levantarme, que un día de estos lo de antaño ya no va a lastimarme porque aprenderé a amarme. Te adelanto que a partir de ahora quiero cuidarme, que voy a encontrar nuevos sueños, que voy a verme tocando el cielo.

Ya no podré quedarme contigo, pero si voy a hacerlo conmigo. Lucharé hasta que logre ser todo aquello que quiero, que tendré unas alas bellas pero que no perderé el piso. Que haré de mi corazón un lugar mejor, que incluso si me equivoco voy a ganarme, porque estaré primero que nadie.
Adiós a tus dos milenios, adiós a tu decena y a tus ocho unidades. Adiós a todo lo que de ti me quema, adiós a tu presencia que me impidió ser una estrella.
Adiós 2018, ya me levantaré de a poco.

domingo, 30 de diciembre de 2018

Antologías Dolidas


III


Quedarme con ayer donde fuimos más que piel contra piel
Cuando fuimos huesos y fuimos sueños
Cuando fuimos corazón y fuimos miedo
Cuando fuimos un vacilar
Cuando ambos pudimos al fin respirar
Cuando me descargué el “¿Qué pasará?”
Cuando me cansé de pensar y de desearte
Cuando me dejé de lado y silencié al miedo
Y quedarme con tu calor a mi lado
Quedarme con tu nerviosismo y también con el mío
Quedarme co tu nariz en la raíz de mi cabello
Quedarme con tu cara entre mi cuello
Quedarme con ese momento idílico, con esa belleza de solsticio
Quedarme con tus labios contra mi piel, con la sensación de tu áspera barbilla
Encerrarme ahí donde me comía el nervio, donde se cumplía un sueño
Justo ahí donde nos hizo falta un “te quiero”
Quedarme con tus ojos suplicantes, anhelantes
Quedarme ahí donde se durmió nuestra suerte un instante
Quedarme ahí donde explotaron mil estrellas brillantes
En ese pasado que no se ha ido
En ese futuro que jamás ha venido.  

Antologías Dolidas


II

Últimamente el pronostico en mi propio cielo es pura lluvia teñida de hollín, últimamente lucho porque en mis sueños a quien vea ya no sea mas a ti, pues aunque quise yo no pude hacerte feliz.
No fui tu elección e inevitablemente con ello me dañé el corazón.

Y es que quiero, cielo.

Quiero quererme y quiero ser más fuerte; quiero ya no necesitarte para sentir que hay aire. Quiero pertenecerme para ya no pertenecerte; quiero encontrarme para ya nunca más buscarte.Porque, aunque quise no supe como amarte y al final como todos te alejaste, bien cobarde y sin decir nada a nadie. Ya no tiene caso mentir.

O es que, acaso ¿Yo me confundí?

¿No era cariño lo que hacía brillar tus ojos cada que estábamos los dos solos?

¿No eran sinceras las carcajadas que marcaban los hoyuelos en tus mejillas?

¿No fue verdad nunca tu manera de tocarme? ¿Qué acaso nunca me esperaste?

¿Realmente fue un sueño? Porque de ser así eso solo me ha dejado un hueco en el pecho.

Se que estamos rotos, se que estamos jodidos y que me cuesta confiar, pero también sé que por ti me pude arriesgar, pues yo quería amarte así sin más. Quería cuidar de tus sueños y desvestirte los miedos. Quería guardar tus secretos y en lo oscuro ser tu consuelo; Tomar esas noches sin sueños y llenarlas con mis besos, enseñarte de nuevo la fe y curar con mis manos tu vencido halo. Quise tanto que me vieras… pero no pudiste.
Tampoco te quedaste a mi lado y yo sigo sola aquí, extrañándote y soñándote; añorándote sin posibilidad de encontrarte. Recordando lo grande de nuestros días, escuchando aún el eco de nuestras risas.
No supiste descifrarme y yo no supe preguntarte si deseabas quedarte y es que al final si resulto algo cobarde.

Perdóname, no te elegí.
Discúlpame, yo no te vi.
Perdón si lastime tu corazón.
Perdón por no exponer lo que sentí.
Perdón por dejar de ser yo.
Lo siento, por no escoger ser feliz.

viernes, 28 de diciembre de 2018

Días de Inverno


Estaría mintiendo si dijese que no amo los días de invierno, pues aunque vayan más lento siento que disfruto muchísimo de ellos.
Amo el frío porque es la excusa perfecta para dar abrazos, porque es en esos días cuando mejor sabe una taza de chocolate caliente y porque creo que son en esos días cuando multiplicado todo se siente. Amo los días fríos porque siento que baila mejor las piezas clásicas de lo que lo hace el calor y me gusta también el frío porque entumece, porque adormece…
Me gustan los días fríos porque es cuando me sabe mejor el café y su calor, me gustan porque de alguna manera se sienten como yo.
Me gustan los días fríos porque me hacen ricos los rayos de sol, me gustan porque puedo ver cuanto por causa propia sola estoy. Mucho tiempo temí estar sola. Quería apartarme de la soledad sin saber que ella era parte de mí o quizá lo era todo viceversa y al final yo era de ella. Quise hacer todo para no estar junto a esa extraña tan conocida sin saber lo que podía encontrar en sus pupilas, sin permitirme conocer lo que había dentro de ellas.

No se que estoy haciendo.

Es uno de esos momentos en los que de alguna manera hay nostalgia, es uno de esos en el que puedo sentir añoranza.  Siento extrañar ese pasado que tan atrás ha quedado, siento el eco silencioso de los recuerdos que se van rompiendo. Me siento hecha pedazos, pero con la conciencia de tener todo para arreglarlo. Puede que no me tome demasiado, puede que en menos de lo que imagine pueda superarlo. Hoy ya no quiero llorar, a pesar de saber que se me da tan fácil como respirar. Hoy quiero bailar aquellas sonatas tristes, las melodías sin canción o  aquellas que van con ritmo para las cuales no tengo sazón. Quiero hacer brillar cada una de mis piezas, aunque estén dispersas. Quiero encontrarme a pesar de no saber ni donde empiezo, a pesar de no tener un plan por si tropiezo.
Amo estos días fríos en los que puedo pensar con detenimiento, en el que más que los dedos se me congela el sufrimiento, en el que incluso estando despierta me lo permito y sueño. Amo estos días atiborrados de recuerdos, los amo a estos donde se forman más momentos.

Si, amo los días de invierno.
Si, se que no serán eternos.

jueves, 27 de diciembre de 2018

Carta a mi yo de 20 años


A mi futura yo de 20:

Hola, pequeña (ya no tan pequeña).
Se que es raro estar recibiendo esta carta, pues para mi desde un principio me es muy extraño relatarla y sé que para cuando hayas leído esto el tiempo ya ha volado y te ha dejado un sabor extraño. Si, ahora mismo te escribo desde el pasado esperando que realmente mucho haya pasado cuando te toque recibir estas letras en las que quiero felicitarte por haber llegado a las dos décadas y poder decirte que es justo aquí cuando a penas comienzas.
Desde donde estoy parada es admirable el hecho de haber dejado atrás a la niña que no le gustaba participar en clase, a esa escuincla que vivía todos los días asustada en una esquina. Es realmente maravilloso el poder ver ahora en mi espalda los brotes prematuros de unas nuevas alas, unas que no me han regalado, unas que de a poco quiero ir fabricando. Se que ahora te escribo llena de esperanza, una que creíamos perdida, una que parecía se había ido en esta vida y ya no es por nadie, salvo por ti misma. Justo ahora puedo sentir el cosquilleo de una nueva aventura, siento como aparece a penas el sendero de una nueva ruta y debo decirte que no será fácil.
No es novedad el que probablemente te sigas sintiendo como una estación, que aún haya agujeros negros en tu interior pero ya no temas, sabrás llenarlo con letras, o como siempre lo hiciste, con cualquier tipo de arte. Quiero que tengas fe en que algún día lograrás encontrarte, que para este entonces has conseguido mejor que en mucho tiempo el poder amarte, aceptarte y al fin gustarte.
Ahora mismo quiero que vivas con la intensidad que siempre te ha llamado, con la misma que tanto has fallado sepultando, porque eso es lo que al final te hace ser tu misma. Ya no tengas miedo, muchas personas más seguirán entrando, muchas más seguirán saliendo, pero quédate tranquila, que por mucho puedes con ello.

Se que ahora mismo burbujean dentro de ti un montón de sueños, mismos que estarás cumpliendo a su debido tiempo y si, yo se que no te gusta esperar pero esta vez tendrás que confiar, verás que todo saldrá.
Ya le vas perdiendo el miedo a tus letras, ya estas entrenándote mejor para poder manejar ese poder que siempre ha habido en ellas y si, se que no todo será miel sobre hojuelas, pero cada vez que te pierdas quiero que leas esto y que sobre todo lo entiendas: No te sientas mal si algo no ha resultado, verás que pronto se irán las piezas acomodando.
 Ya no te aferres a ese niño, haz un viaje en el que el amor te encuentre a ti primero como destino. No dejes que nade te rompa el piso y por más que quieras volver a él encuentra mejor en el cielo ese punto fijo. No te culpes por haber perdido a quienes llamabas amigos, echa una mirada atrás y abraza a esos pocos que siempre se quedan. Que ya no te de miedo decir “te quiero”, que si se tienen que ir solo te han dejado una lección, que ya no debes aferrarte a nadie que quiera marcharse.
Ya casi no lo haces, pero por si acaso quiero recordarte que no debes callarte, que si algo no te gusta debes apartarte. Que no está mal desviarse un poco o llegar más tarde, que es de humanos y no de tontos equivocarse.
Oh, niña, tu que ya no eres tan niña, no te frustres porque otras mil te parezcan mas lindas, que vas a ver como tu interior brilla; que aceptaras las nubes como parte del clima y que te dejarás ser lluvia cuando sea necesario. Tu, que siempre te has identificado con la luna, aférrate a ella e imítala abrazando tus propias facetas. Acepta y vive tranquila que no siempre estarás llena, que a veces también serás luna nueva. No te desanimes si se te ha escapado un objetivo, ya capturarás aquel que ni siquiera pensabas haber querido.

Enamórate, enamórate con todas las ganas y rómpete si quieres hasta las lágrimas por ello … pero que sea de ti, de lo que hagas y de tu pensamiento. Ya no trates de amar ese mundo que tantas cicatrices ha dejado, mejor hazlo de tu nombre antes que quieras intentar querer a cualquier hombre. Aprende que eres radioactiva, pero que eso no te pare de apreciar cada aliento de vida. No dejes de amar las pequeñas cosas, siéntate de vez en cuando en el sofá a ver esas películas cursis que siempre te hacen llorar. Sigue amando las cosas en vintage, ama todo lo que hay detrás pero no pierdas el norte por quedarte apreciando lo que hay al horizonte. Canta a todo pulmón esas canciones viejas que nada tienen que ver con lo que ahora es la moda, cántale al mundo y no solo a las paredes de tu habitación.
Escribe esas historias que tanto te han rondado, líbrate de todo ello que te mataba en antaño. Permítete cobijarte en esa familia tan loca que te ha consentido toda la vida. Que no te importe que no les guste que de tu abuela seas la favorita, que ella haya sido tu cómplice y también el bálsamo y tu mayor consejera sin importar tu edad.
No tengas miedo saber lo que gritan sin que lo quieras tus grandes ojos, ya quítales a las puertas todos los cerrojos.
No voy a decirte que no vas a sufrir nunca, pues como en los patines habrá veces que te de miedo que la cima este muy arriba. Perderás muchas veces el control y sentirás que no puedes, que quizá no era lo mejor… pero ¡ya echa fuera a la culpa!, que solo es una pesada maleta que no te deja guardar cosas buenas.
Sigue viviendo una a una tus novelas románticas, esas repletas de cliché que disfrutas tanto. Varía los libros de vez en cuando, sigue fascinándote con los datos de la psicología. Sigue aprendiendo que aún te queda por descubrir sobre ti misma, ya no esperes a quien quiera leerte y empieza tu misma, que aunque sea un poco empezarás a conocerte.
Si, al final ya tienes 20 y yo te estoy escribiendo esto en un diciembre.
Me hace algo de gracia, pero ya sabes, que te matan de risa muchos sin sentido. Ya, no tiembles porque te has descubierto efímera, no te sientas mal por ser inefable y anímate a seguir adelante.
Espero que ahora que me leas, sigas con esa sonrisa linda que a tu mami le hace la vida. No te olvides de agradecerle a esa mujer a la que tanto le has costado, a la que le guardas un amor inexplicable del mismo modo que a tu padre. Dale gracias a esas dos personas que tanto han sacrificado por ver en ti mucho de lo que eres ahora. Diles cuanto les aprecias cada desgaste en sus manos, en sus huesos y cada vez que el trabajo los haya regresado agotados. Diles que los amas, pues, aunque casi no les vez por sus horarios han hecho de ti una señorita de buen corazón, una que sabe apreciar todas esas cosas en las que le hacen ver su amor.
Disfruta tus veinte, escríbele un montón a ese capitulo pero no solo a este. Levanta tu cabeza y de aquí en adelante, ni siquiera por impulso te permitas regresarte. Esta bien si fallaste, esta bien si te equivocaste pero no dejes que eso te impida buscar un mejor camino para llegar a tu destino.
Tal vez haya olvidado decirte algo, ya sabrás contarme como todo te ha salido.  Sin embargo, antes de marcharte quiero decirte que no me debes nada a mí, que no le debes nada a nadie. No te presiones por ser aquello que el mundo espera de ti y haz siempre lo que te haga feliz. Ya no le apuestes más a la tristeza, apuesta mejor por ti y que esta ilusión te dure una vida entera, pues acuérdate que ni tu ni nada tiene etiqueta de eterna.
Un beso, cariño. Así de imperfecta, para ti eres perfecta <3

miércoles, 26 de diciembre de 2018

Despertando


Hoy mi despertar ha sido un poco raro luego de un sobresalto producto de esos sueños que no hacen a nadie feliz.
El 2018 casi nos ha dejado y entre lo bueno y lo malo ha sido un ir, para después venir  .
Siempre he sido una chica de clichés. Amo ver en cualquier tipo de arte cuando las chicas dejan de ser un patito feo y descubren lo grandiosas y fabulosas que son, o las típicas historias de amor entre el jugador de básquet, futbol o simplemente el jugador en cuestiones de amor cae por su polo opuesto y todo eso. Dicho esto, es lógico que espere el fin de año y que me encuentre tan sentimental por ello no es para menos.
Este no creo haya sido mi año.
Ha sido en realidad un poco de lo mismo, siendo yo una especie de estación. He visto a personas llegar bajo la etiqueta de “permanente” y marcharse luego sin siquiera decir “ya no volveré mas” y ha sido duro, en realidad. En este año he perdido algo grande, he perdido a ese que me hacía querer ser un mejor ente, el que me hacía sentir como una feliz demente.  Lo peor de ello es que ha sido mi error. Intenté enmendarlo, pero no pude evitarlo, él ya se había marchado y lo hizo con ella a su lado.
Siendo sincera, siento que en su nombre aun sigo sangrando. Sin embargo, se que es mejor porque al final del día soy radiactiva y por alguna razón me cuesta ser afectiva y esto ultimo es mucho de lo que él necesita.
Este año se ha llevado también a varia gente que llamaba amigos y ahora descansamos mutuamente en las fauces del olvido. Confié y expuse mi alma a personas que más tarde se irían y les abrí una ventana a mis miedos a seres que según me cuidarían y solo me han dejado mal herida.
Gran parte del año me la pasé luchando, nadando contra aquello que me ahogaba, yendo siempre en dirección contraria, resultando totalmente agotada.
Si, me siento cansada pero muy dentro de mi comienza a tintinear pequeñita la esperanza que creía era perdida.
Porque este año no fue malo, si encontré mejor que nunca apoyo en mi familia. Este año no fue malo porque los tengo a todos a mi lado. No fue un año malo porque acepte el deshielo de mis sentimientos y lo fue aun menos porque en él he encontrado el impulso para volver al ruedo, las nuevas ganas de atrapar con mis dedos el cielo.
Porque el 2019 será mío, para equivocarme y para redibujarme. Para vencer el miedo y arriesgarme un poco al menos. Porque quiero descubrir cada pequeño rincón de mi ciudad y quiero plasmar en ellos una historia, un momento. Quiero enamorarme de cientos de fotografías, quiero encontrarme en muchos poemas, quiero escribirle cartas a cada uno de mis días.  Ver muchas películas y aprenderme mil nuevas canciones, quiero aprender a escuchar mis sueños y hacerme una mejor yo repleta de emociones.
Quiero fortalecer lo que hay fuera, pero muy prioritariamente lo que hay dentro. Quiero sonreír cada vez que me vea en un espejo y aceptarme cada fisura, cada arista de mi estructura. Porque quiero amarme, como nadie ha sabido hacerlo, como nunca yo misma lo he hecho. Quiero escucharme y sobre todo quiero cuidarme. Quiero encontrar mi propio valor que entre el mundo y yo se desvaneció.
Quiero apreciar las pequeñas cosas de la vida y aguantar sus sabores, aunque a veces sean amargos, aunque no me gusten demasiado.
Si, estoy muy inmersa en el cliché de año nuevo y eso no es algo que me quite el sueño, pues algo me dice que vendrá algo muy bueno. Es por ello, que quiero vivir sintiéndolo todo mientras espero. Siento que he estado dormida pero ya quiero despertar. Quiero empezar a forjar mis alas, quiero realmente empezar a trazar un mapa.

Quiero al fin conocer esa paz de la que mucha gente ha hablado, quiero caminar con mi fe muy puesta en alto. Quiero andar con nadie más que conmigo a mi lado, quiero empezar a tomar pequeños trozos de mi felicidad y ya por ultimo quiero tomar todo esto y hacerlo realidad.

domingo, 23 de diciembre de 2018

23 de Diciembre


Hoy es diciembre veintitrés. Estamos a un día de la víspera de navidad y la melancolía ya se ha deslizado con el frío por debajo de mi puerta. Me ha hecho danzar una melodía triste y ha trepado hasta instalarse en mi boca y adueñarse de la canción que brotaba a penas de entre mis labios. Te echo de menos y se que eso no es para menos.

Un año atrás era todo tan distinto, tan bonito que creía que al fin me sonreía el destino. Un año atrás estabas todavía conmigo y simplemente hoy aunque te has ido no consigo hacerte ganar en mi vida olvido. Y es que ya no tiene caso negarlo, no puedo seguir engañándome. Me hiciste sentir un amor abrumador, monstruoso... tanto lo era que al final se tornó tortuoso. Me perdí en tus manías y me dejé seducir por tus sonrisas. Quizá incluso malinterpreté el idioma de tu cuerpo que mientras me aislaba yo entendía un "eres mía". Se que no es sano, que me hago daño pero hoy quiero contarte que muchas cosas han cambiado.

Son muchos los que se han marchado, son muchos pedacitos de mi que se han llevado, pero creo que ello en procesarlo mas rápido me ha ayudado. Me siento diferente, de alguna manera un poco mas indiferente, tal  vez mas apática, un poco enigmática. Comprendo un poco mejor lo efímera que es la vida, que es un llegar de personas con despedida incluida. ya no siento rabia al perder lo que creía que se quedaría, he aprendido a aceptar lo malo como parte de lo terreno así como aprecio un poco más lo bueno.

No creo que haya dejado de estar perdida, no siento que he encontrado aún la villa amarilla pero me siento un poco más optimista.

Todos los días me veo al espejo para notar como de a poco se me va desprendiendo aquella niña llorona que poco intentaba por miedosa. Veo como se afila de a poco mi mandíbula y como se va afinando la curva en mis caderas y en general todo aquello que me hace melodía.

No me preocupa lucir distinta o vestir lo que siento que bien iría. Realmente la mayor parte de los días me levanto con ganas para sentirme mas viva, para hacerme más mía.

Intento abrazar aquello que no quería, desde la forma de mi nariz hasta cada una de mis estrías. Intento cuidar cada parte de mi piel pero ya no es por si en algún momento desearas volver, sino como si supiera que no esta mal caer, que al final es este embace el que me va a proteger.

Es extraño, pues pese a que se que te quiero, siento que ya no es como antes. Siento que mis paredes dentro se han re-decorado, que pese a que no cesen de extrañarte, parece que han detenido el sangrado cambiándolo por algo que calienta y me sabe un poco más sagrado.

Si, hoy me levanté con ganas de ti pero sabiendo de antemano que pasara, que puedo soportarlo. Muchas cosas han cambiado, muchos miedos se ven debilitados y lo cierto es que a pesar de lo que te cuento ya no quiero volver a tu lado. No diría que es masoquismo, sino el apartarme de un abismo. Creo que de a poco me hago mas fuerte, que aunque no lo entiendo he aprendido a aceptar mi suerte.

Y si, se que no siempre es así. Que muchas canciones a veces me gritan tu nombre, que escenas del pasado y del futuro que no ha llegado aparecen como flashes, de repente así como estrellas fugaces. Se que no se cuando será el día que llegue a olvidarte, de cuando terminarás de marcharte, de cuando tu recuerdo terminará de mancharme pero, ¿Te digo algo? Ya no me siento adolorida por ello, me he dado cuenta que puedo seguir viviendo incluso teniendo dentro todos estos agujeros negros.

Si el tiempo debe terminar de arrancarte no me deja más opción que esperarle pero hay algo más que quisiera preguntarte: ¿Eres feliz con ella? porque de corazón te digo que estoy esperando que lo seas.
Que aunque hace un año me mirabas a mi, espero que esta vez tengas oportunidad de mirarle a ella. Que se lleve como yo el dolor del recuerdo que dejó la ausencia de tu abuela, que como yo te mantenga despierto haciendo transición de navidad y noche buena. Que no sientas frío y que ella encuentre una manera e amarte, de cuidarte y de apapacharte como no hice yo. Que ella no se equivoque contigo al amarte como yo lo hice totalmente ignorante en la materia. Deseo, vida mía, que como las luces de bengala se ilumine tu noche, que al final de estas también muera el miedo y que en ti florezcan nuevos deseos, que sean repletos de amor como atesores los recuerdos.

Por mi parte, se bien que será duro, pero no me asusta, se que algún día lo lograre. Que si nos vemos otra vez no te miraré con amor, que tampoco lo será con dolor sino como quien se conoce de manera cotidiana, quien se conoce de fuera a la incógnita de aquello que burbujea adentro. Que cuando mis ojos encuentren los tuyos no vendrá a presentarse el terremoto que hace temblar cada parte de mi cuerpo cada vez que te veo. Te prometo que las lineas de ahora no contienen veneno, que solamente estoy dejándote algo de sentimiento, que me estoy liberando de a poquito de aquello que no está más, de lo que me viví contigo.

Estaré bien. Se que lo haré y espero que tu lleno de bendiciones y donde sea que vayas también lo estés, porque esta para ti es mi nueva manera de querer.

Carta a mi verdugo

A ti que me hiciste daño, a ti que me has marcado: Posiblemente no sea muy bueno estarte escribiendo,  tal vez esté errando pero de menos ...